Dijimos en encuentros anteriores que los cuerpos inferiores que el alma utiliza como vehículo para vivir sus experiencias en el mundo de la materia son cuatro: cuerpo físico, cuerpo etérico, cuerpo mental y cuerpo emocional.
Hemos ya tratado con profundidad lo que se refiere al cuerpo físico. En este encuentro nos ocupamos de describir la función de los tres cuerpos inferiores más sutiles.
¿Qué es el Cuerpo Etérico?
El Cuerpo Etérico rodea nuestro cuerpo físico. Es la contraparte y la figura verdadera de la forma humana tangible. También se suele llamar Cuerpo Estructurador de las Formas. Es de muy alta vibración y permanece junto al alma en todas sus encarnaciones. En él está grabado el plan divino y todo lo hecho a lo largo de nuestras vidas (recuerdos, emociones, pensamientos, acciones, etc). Registra continuamente cada una de nuestras acciones a lo largo de todas nuestras vidas.
Transmite energía a nuestra forma humana y es el intermediario entre los mundos externo e interno del ser humano. La ciencia humana lo llama subconsciente. Es además nuestro cuerpo vital.
¿Que és el Cuerpo Mental?
El Cuerpo Mental está ligado a nuestros cuerpos físico y etérico. Depositario de nuestros pensamientos e ideas conteniendo todos los conocimientos, opiniones y conceptos extraídos de distintas fuentes de información.
El cerebro es el medio físico que conecta los cuerpos físico y mental. La mente nunca se cansa, por eso, estamos pensando constantemente. Lo importante es que podamos controlarla para que cumpla su verdadera misión, la de ser depositaria de la sabiduría que pueda necesitar la Chispa Divina para hacer conocer la Verdad en el mundo de las formas.
Al ser mal utilizado por el ser humano, ha generado pensamientos de baja vibración, de miedos, de dudas, de celos, de juicios y condenación hacia sí mismo y hacia los demás.
¿Qué es el Cuerpo Emocional?
El Cuerpo Emocional tiene como función irradiar e intensificar las virtudes de Dios y reflejar Sus sentimientos. En él están contenidos la Paz, el Perdón, el Amor, la Compasión, la alegría, la armonía y la Felicidad. Sin embargo, este cuerpo también ha sido mal utilizado por el ser humano y por lo tanto se ha convertido en un campo de deseos inferiores como el deseo de dominio, de poder sobre los demás, así como también la autofrustración, el rencor, el odio, angustia, etc.
Por eso también debemos aprender a controlar nuestras emociones para que este cuerpo pueda cumplir su verdadera misión que es irradiar la naturaleza del creador.
Estos tres cuerpos sutiles inferiores conforman lo que se denomina el Ello.
Debemos aprender a hacer buen uso de nuestros cuerpos inferiores, cuidarlos y controlarlos para que se conviertan en vehículos que le permitan al alma desarrollarse y evolucionar espiritualmente, tal como es su verdadero propósito.
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