El propósito o misión del alma es evolucionar espiritualmente hasta alcanzar la perfección o sea la Maestría.
El mandato de Jesús fue:
“Sed perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”
La misión del Alma es entonces lograr esa perfección divina, para lo cual tiene que transitar varias vidas en diferentes momentos y dimensiones.
Para ello se vale el alma de varios vehículos dimensionales según el plano donde haya de desarrollar sus experiencias.
Cuando todas las almas lleguen a esa perfección todo se regirá a través del Amor, ya no habrá miserias, ni guerras ni necesidad de que los seres humanos pretendan dominarse unos a otros.
Para ayudarnos a entender el significado de esa perfección es que el Maestro Jesús expresó su gran mandamiento:
“Amad a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”
Porque el amor es la esencia de toda creación bella y armoniosa. Allí no hay lugar para el miedo, la venganza, el odio, la ira y la incomprensión.
No habrá más miserias, ni angustias, ni depresión, ni nadie que necesite ser consolado, porque allí donde reina el Amor y el Espíritu Santo toma el mando, allí hay Armonía, Paz, Plenitud y Felicidad.
El camino a la perfección del Alma
Cuando el Maestro Jesús dijo toma tu cruz y sígueme no quiso significar, como algunas religiones lo dan a entender, que nuestro estado normal de ser en el mundo físico sea necesariamente de sufrimiento como un requisito para alcanzar el cielo.
Lo que, en cambio, quiso significar, es que siguiendo el camino que Él nos indicó dejaremos atrás el sufrimiento, al quitarle poder al ego que nosotros mismos hemos creado al no saber cómo controlar la mente y usarla a nuestro favor.
El ego nos incita al miedo, a la venganza, al odio, a la tristeza, a la angustia, la avaricia, al deseo de poder en desmedro del otro y otro sinnúmero de creaciones erróneas que no hacen más que provocar un retraso del alma al desviarse ésta de su verdadero objetivo que es llegar a la perfección del Maestro.
En la creación, en este mundo de ilusiones que hemos creado, hay suficiente para satisfacer todas nuestras necesidades en el mundo de las formas, pues, como vimos, todo es energía y ésta es infinita y está disponible para todos. Es la energía del Creador consciente de sí misma y perfecta. Nosotros no sabemos utilizarla con propiedad para que opere a nuestro favor. Aprendamos a utilizarla con Amor, aprendamos a controlar nuestra mente que es nuestro instrumento de creación. La mente es un instrumento del Alma para modelar la energía y realizar nuestras creaciones. No permitamos que nos domine y alimente la personalidad, el ego, con limitaciones e imperfecciones.
Somos una manifestación individualizada de la Divinidad y como tal, poseemos sus atributos y las herramientas que nos permiten co-crear, porque estamos hechos a su imagen y semejanza.
Energía positiva o negativa
Como menciona la Metafísica, con la mente calificamos la energía y de esa calificación depende que esa energía que en su estado natural es pura, neutra, se convierta en energía positiva o negativa.
Según como nos comportemos al realizar nuestras creaciones es que nos pueden suceder cosas positivas o negativas. Según cuales sean nuestras intenciones al crear es que el alma podrá evolucionar o no hacia estados superiores de conciencia, hacia esa perfección de la que nos habló Jesús.
Para ilustrar el porqué la evolución del alma queda estancada a veces, y eso depende de nuestras actitudes al crear, hemos dado lectura en este encuentro a la canalización que Jesús hizo en tiempos actuales sobre el porqué nos cuesta llegar paulatinamente a esa perfección que nos permitiría llegar a estados superiores de conciencia, o sea, a ser Maestros de cada situación que deseemos experimentar1.
1 “El Sonido Interior” capítulo XIV pag 192 y sigs
Deja una respuesta