A partir de este encuentro comenzaremos a tratar cada una de las leyes o principios que rigen el universo. Se llaman principios, porque el principio es una ley invariable que no falla jamás.
Para ello nos basaremos en el Kibalión1 donde sus autores, los tres iniciados describieron los siete principios o leyes con que se rige el universo y sobre los cuales se basa toda la filosofía hermética del antiguo Egipto y de Grecia.
Dios al crear el Universo, ha creado también siete leyes o principios que funcionan en todo y siempre. Estos principios se encargan de mantener el orden y la armonía en toda la Creación. Estas leyes no necesitan policías que las hagan cumplir o jueces que sentencien su incumplimiento. Aquel que no marcha con la ley se castiga a sí mismo.
El Principio de Mentalismo
El primero es el Principio de Mentalismo
Dice el Kibalión2:
“El TODO es Mente, el universo es mental”
“El TODO como realidad sustancial que se oculta detrás de todas las manifestaciones y apariencias que conocemos como universo de la materia, fenoménico o energía densa, etc, o sea todo lo que es sensible y podemos percibir con nuestros sentidos materiales es en realidad Espíritu, incognoscible e indefinible, pero que puede ser considerado como una mente infinita, universal y viviente”3.
“Esto explica que todo el mundo fenomenal es una creación mental del TODO, en cuya mente nosotros vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”4.
“Conociendo la ley que rige este universo mental podemos aplicarla a nuestro bienestar y desarrollo. Pues estas leyes se pueden usar conscientemente en lugar de usarlas por casualidad o ser usado por ellas.”5
Lo que piensas se manifiesta
Debemos, entonces, conocer la Gran Verdad: LO QUE TU PIENSAS SE MANIFIESTA. De manera que debes aprender a pensar correctamente y conforme a la ley para que se manifieste todo lo bueno que Dios quiere para ti.
Los pensamientos son cosas, son materia. Se convierten en sucesos, enfermedades, tropiezos o premios, desgracias o felicidades, dependiendo si son negativos o positivos. Tu vida, lo que te ocurre obedece a tus creencias, y a lo que expreses con palabras. Esto es una ley invariable que no falla jamás.
Al no comprender esto, le echamos culpa de nuestras circunstancias y vicisitudes a la vida, a Dios, al destino, etc. Pero tenemos libre albedrío lo que significa que nacimos con el derecho de escoger. ¿Escoger qué? Pensar positiva o negativamente, en forma optimista o pesimista, pensar lo feo y lo malo o pensar lo bueno y bello. Todo depende del clima mental en que vivimos.
Debemos revertir con intensidad la acción negativa del pensamiento y el sentimiento con respecto a ella.
San Pablo dijo:
“somos transformados por la renovación de nuestras mentes”
La metafísica ha enseñado siempre que lo que pensamos a menudo pasa al subconsciente y se establece allí, actuando como reflejo. Entonces nosotros somos creadores de nuestras propias calamidades pues las producimos con el pensamiento. Somos creadores de nuestras propias manifestaciones.
Cada condición y situación en nuestra vida es la encarnación de una creencia que tenemos en el subconsciente. Está alojada allí y produce su igual en el exterior.
Por eso para que nuestra visión del mundo cambie debemos tener presente a Dios en nuestra mente, en cada uno de nuestros pensamientos. Basta con pensar en Él para que comience a componerse lo que parece estar descompuesto
Y para lograr esto practicaremos esta semana una lección de Un curso de Milagros, en donde repetiremos que Dios está en todo lo que veo porque Dios está en mi mente.
En este encuentro meditamos sobre esta lección.
1El Kibalion, Filosofía Hermética del Antiguo Egipto y Grecia, los tres Iniciados
2,3,4,5Idem up supra
6Extraído del Metafísica 4 en 1 de Conny Mendez
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