Dice el Kibalión1 respecto al sexto principio:
“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; el azar no es más que el nombre que se le da a una Ley desconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley”.
Los Hermetistas y grandes Maestros conocen los medios y los métodos por los cuales se puede ascender más allá del plano ordinario de causas y efectos, hasta cierto grado, alcanzando mentalmente el plano superior, y se convierten así en causas en lugar de efectos. Es decir, ellos disponen libre y voluntariamente de las causas y condiciones que generan efectos por ellos esperados para su mayor beneficio y desarrollo.
En cambio, la mayoría de las personas se dejan llevar, arrastradas por el medio ambiente que las envuelve o por los deseos y voluntades de los demás. La herencia, las sugestiones y otras causas externas las empujan como autómatas en el gran escenario de la vida.
Son eventos que pudieron darse en la infancia. Además, genética y energéticamente recibimos la influencia de nuestros padres, abuelos, bisabuelos y así esta cadena continúa infinitamente. También recibimos las influencias de la sociedad en la que crecemos, religión, escuelas,
lugares de trabajo, amigos, etc.
¿Por qué le ocurren cosas malas a la gente buena?
Cada uno puede analizar el conjunto de información que ha recibido a lo largo de su vida y conscientemente seleccionar aquello que desea mantener en su mente y lo que desea desechar.
Observando ciertas situaciones podría surgir la duda ¿Por qué le ocurren cosas malas a la gente buena? Aunque una persona sea en apariencia y entre comillas “buena”, quizá arrastre deudas de su pasado, incluso de anteriores encarnaciones. Nos moveremos hacia otro lugar cuando hayamos aprendido todo lo que nos toca aprender aquí.
Pero los Maestros, habiendo alcanzado el plano superior, dominan sus modalidades, sus caracteres, sus cualidades y poderes, así como el medio ambiente que los rodea, convirtiéndose de esta manera en dirigentes, en lugar de ser dirigidos.
La casualidad no existe
No existen casualidades porque no existe la Ley de Casualidad. Solo existen los Principios que son
inmutables. Absolutamente todo lo que estamos viviendo en el presente ha sido generado en algún momento. Lo hemos creado ya sea consciente o inconscientemente en esta vida o en otra.
Se nos hace difícil llegar a entender por qué y cuando generamos lo negativo.
En esta ley tienes la explicación de lo que te ocurre. Si criticas serás criticado, si dañas a alguien será dañado o algo tuyo sufrirá un daño; si eres injusto, duro, se te devolverá esa dureza. Esas causas que siembras, tienen que dar su fruto en efectos, antes de que quedes libertado.
Y ¿Cómo emites esto? Con la Mente, en forma de Energía. Aprende a controlar tu mente, aprende a controlar tus pensamientos.
Cosechas lo que siembras
La Mente es una herramienta para tu uso, que no se convierta en tu amo y señor, que no te domine. Así, de esta manera, controla lo que siembras, pues, si siembras discordia, tienes que recoger discordia, si siembras bondad, amor, ayuda, tienes que recoger bondad, amor y ayuda.
Recuerda las palabras de Jesús: aquello que siembres es lo que cosecharás. Esta ley está enunciada en todas partes. Pero no la estamos aplicando en todos los aspectos de nuestra vida. Todo lo intelectualizamos, pero no lo practicamos.
La deuda kármica
¿Cómo puede la gente seguir creyendo que pueden impunemente ser crueles, calumniadores,
malhumorados, violentos, mezquinos, egoístas, pleiteros, armar discusiones de todo tipo y esperar tener salud, amor, fortuna, felicidad, es decir todas las cosas buenas de la vida, si solo siembran cosas malas?
Todas estas vibraciones se acumulan en el planeta (es la consciencia colectiva) y hay una cantidad de deudas kármicas acumuladas, de todo el mundo y se desahoga en tempestades, ciclones, terremotos, derrumbes, inundaciones, erupciones volcánicas, virus, etc.
Pero siempre hay una esperanza para nosotros, el Creador siempre nos da una oportunidad de saldar nuestras deudas kármicas y enderezar el camino hacia nuevas y esperanzadoras oportunidades de evolución y crecimiento espiritual.
Estos efectos que podemos estar sufriendo en esta vida pueden provenir de causas de vidas pasadas, por eso la Metafísica habla de reencarnación como una forma de transmutar estas deudas kármicas, estas malas acciones anteriores y de esta forma adquirir Paz en nuestras vidas.
Este principio nos habla también del perdón Hay que saber que el Perdón de Dios por hacer mal uso de su energía está a la mano de todos nosotros que lo deseamos realmente.
Cualquiera que fuera el pecado, la impureza, el error, la falta o como quieras llamarla, hay una manera consciente de transmutar esos errores. ¿Qué es transmutar? Quiere decir disolver, borrar completamente. Solo hay que tener el deseo firme, profundo de hacer ese cambio. Y ahí, dicen los maestros, deben saber que toda clase de asistencia le es dada.
Somos responsables de lo que nos sucede
Sepan que las circunstancias adversas que se nos presentan en la vida han sido causadas por nosotros mismos, entonces no nos rebelemos contra Dios ni pensemos y aceptemos todo diciendo que es Su Voluntad.
Esto no es así, solo se está cumpliendo la Ley, el Principio, en función de lo que generamos con nuestras acciones, sentimientos y pensamientos. Nosotros somos quienes debemos transmutarlo, Dios quiere para sus hijos lo mejor, que alcancemos la Maestría, que alcancemos la
felicidad.
Cuando nos suceden cosas malas o desagradables, lo primero que atinamos es a buscar un culpable exterior a nosotros, cuando en realidad no hay culpables. Somos nosotros mismos que, con nuestros malos o inadecuados pensamientos a veces llevados a la acción, nos generamos las circunstancias o situaciones adversas. Y somos nosotros los que luego debemos transmutarlos
para que estas situaciones desaparezcan.
No hay a quién culpar, todo lo originamos nosotros, los decretamos nosotros, incluso cuando nos declaramos culpables. Nos martirizamos con angustias, con estrés, con enfermedades.
Comencemos el camino hacia la Maestría en el manejo de la energía. Canalicemos adecuadamente nuestros pensamientos, aprendamos a controlar nuestras mentes para que obre a nuestro favor, para que sea un instrumento de buenas creaciones, de creaciones amorosas y no un verdugo que nos lleve a la perdición.
Generemos las causas correctas
Empecemos a amarnos a nosotros mismos y empecemos a comprendernos y a Amar y comprender a los demás. Perdonar y perdonarnos.
Los budistas dicen: para tener los efectos o consecuencias correctos tenemos que generar las causas o condiciones correctas.
Según el budismo toda acción deja una huella en el seno de nuestra conciencia mental. Se trata de la impresión o huella kármica que se imprime en la conciencia cada vez que se realiza un acto, y que lleva la semilla de una situación futura de la misma naturaleza que el acto que acaba de ser realizado.2
Según el principio de causa y efecto debemos aprender a generar las causas adecuadas para manifestar un efecto determinado. Concretamente esto significa que deberás cambiar algo de ti para obtener un resultado diferente en tu vida.
1 Comentarios extraídos de El Kibalión, Filosofía Hermética del Antiguo Egipto y Grecia, escrito por Los Tres Iniciados.
2 “ La meditación paso a paso” Dalai Lama
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