Dice el Kibalión1:
“La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos”.
La palabra Género es de raíz latina y significa concebir, procrear, generar, crear, producir. Por lo tanto, el principio de generación nos lleva de la creatividad a la creación. Los herméticos hacen hincapié en que este principio no se refiere al sexo específicamente, sino que su significado es mucho más amplio (para ellos sexo se refiere a las distinciones entre macho y hembra en el plano orgánico).
La Generación se manifiesta en todos los planos estando siempre en acción los principios masculino y femenino.
Es decir, no solamente se manifiesta en el plano físico, sino que también existe en el plano mental y espiritual. En los planos superiores toma formas más elevadas, pero siempre subsiste el principio.
Punto de vista científico
Este hecho es difícil de probarlo científicamente, pues la ciencia aún no lo ha reconocido como de aplicación universal.
Sin embargo, van produciéndose algunas pruebas de índole científica. Por ejemplo, encontramos algunas manifestaciones distintas de este principio entre los corpúsculos, iones, electrones, que constituyen la base de la materia y que según sus combinaciones forman el átomo que anteriormente se consideraba el punto final e indivisible.
En este sentido la última palabra de la ciencia es que el átomo está compuesto de una multitud de corpúsculos, electrones e iones que giran unos en torno a otros y vibran con un elevado grado de intensidad. Pero se postula que la generación del átomo ocurre cuando los corpúsculos negativos se ponen a girar en torno a un positivo.
Parece que, según los últimos descubrimientos, los corpúsculos positivos parecen tener cierta influencia sobre los negativos, impulsando a estos a generar ciertas combinaciones que dan como resultado la “creación” o “generación” del átomo.
Parte masculina y parte femenina
Principio masculino como el positivo y femenino como el negativo según explican los herméticos.
Cada ser tiene en sí mismo los dos elementos de este principio.
Cada átomo que se genera está compuesto por una unión de electrones femeninos y masculinos, pero cuando una unión se efectúa el átomo pasa a ser algo separado, que posee ciertas propiedades, pero ya no manifiesta más la propiedad de electricidad en libertad.
De sus uniones y combinaciones surgen las diversas manifestaciones de la luz, del calor, de la electricidad, atracción, repulsión, de las afinidades químicas y sus contrarios. Todo surge de la operación del principio de género en el plano de la energía.
El papel del principio masculino parece ser el de dirigir cierta energía al principio femenino, poniendo así en actividad el principio creador. El trabajo activo creador lo ejecuta el principio femenino, pero es incapaz de hacerlo sin ayuda del principio masculino.
Por lo tanto, para crear algo nuevo es necesario la unión de dos energías: la masculina y la femenina. Y solo así tendrá lugar la manifestación.
Por ejemplo, para que exista la electricidad tiene que haber dos polos: el positivo y el negativo. Solamente la combinación de ambos produce la electricidad.
El equilibrio de la energía masculina y femenina
Todos somos portadores de energía masculina y femenina. Lograr el equilibrio entre ellas nos conducirá al éxito en nuestro propósito.
El símbolo del ying-yang representa la perfecta armonía entre las energía masculina y femenina. La parte blanca es la energía yang o masculina De acuerdo con este símbolo exactamente dónde termina la energía femenina comienza la masculina y viceversa.
Además, observamos que dentro de la parte negra existe un círculo blanco. Esto significa que en el corazón de la energía femenina existe la energía masculina y también ocurre lo mismo con la parte blanca. Cada una de ellas necesita de la otra para complementarse y lograr el equilibrio perfecto
La energía ying o femenina es la receptiva, creativa, imaginativa y pasiva. La energía yang o masculina es la dinámica, activa, agresiva y es la que regula la capacidad de dar.
Es este punto de equilibrio entre las dos energías el que da lugar a la generación
En el proceso de la creación debemos aprender a conjugar estas energías para obtener el resultado que buscamos.
Así el hemisferio izquierdo del cerebro, representa la parte masculina que nos mantiene en alerta y activa los mecanismos de energía que es solar, racional, lógica y espacial. El hemisferio derecho del cerebro, activa los mecanismos de relajación y reparación, energía femenina, asociada a la creatividad, la expresión y las emociones.
Dios es Amor e Inteligencia, Madre y Padre, Negativo y Positivo. Son los dos aspectos del Creador.
Ninguna creación física, mental o espiritual es posible sin este principio.
Interacción de todas las leyes
La mente es un motor. Los pensamientos son fuerzas o energías que genera la mente. Esta energía sale de nuestra mente en vibraciones, en ondas que por obra de la ley del ritmo regresa a nosotros trayéndonos el futuro que hemos recogido. O sea que el futuro es análogo a lo que hemos sembrado. Es decir que, si haces el bien a alguien o si hablas bien de alguien, esas palabras o ese acto buenos sale en vibraciones de color. Y este color atrae las vibraciones de ese mismo color y te regresa aumentado el bien que hiciste. Te ocurren cosas bellas y creemos que nos están ocurriendo cosas milagrosas y decimos que es por casualidad, pero no es casualidad, sino que fueron tus amorosas, bondadosas y bellas vibraciones que emitiste y regresan a ti convertidas en lo que tú llamas milagros.
No existen casualidades porque no existe la ley de casualidad.
El principio de polaridad por su parte fija lo que haces en uno de los dos polos según tus acciones, pensamientos, palabra hablada y sentimientos sean positivos o negativos. No existe un tercer polo, solo hay diferentes intensidades entre un polo y otro (por ejemplo, si piensas o hablas mal de alguien es negativo, lo has sembrado en el polo negativo y sale de color gris o negro dependiendo la cantidad de maldad que haya en esto que emitiste, porque estas vibraciones recogen en su camino la misma cantidad de energía que has emitido con tu maldad y te regresa aumentado en fuerza).
En la ley de causa y efecto tienes la explicación de lo que te ocurre. Si criticas serás criticado, si dañas a alguien serás dañado o algo tuyo sufrirá daño; si eres injusto, duro, se te devolverá dureza. Esas causas que siembras, tienen que dar su fruto en efectos, antes de que quedes libertado.
Y como emites esto, con la mente, en forma de energía. Aprende a controlar tu mente, aprende a controlar tus pensamientos y de esta manera tendrás los resultados esperados en todos los ámbitos de tu vida y en todo lo que desees manifestar.
1 Textos extraídos del El Kibalión, filosofía hermética del Antiguo Egipto y Grecia – Los Tres Iniciados.
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