En los encuentros anteriores comentamos cuales eran las bases naturales que debemos intensificar para poder acceder al uso de nuestros poderes espirituales.
Hablamos entonces de la primera base natural que consiste en adquirir una profunda y permanente paz interior. Luego comentamos la necesidad de intensificar nuestra trilogía energética: la voluntad, la conciencia y el amor.
Nuestro ritmo vibratorio
1 Esta intensidad, así como también la fuerza de nuestros poderes, es determinado por nuestro ritmo vibratorio, o sea, el movimiento de nuestra energía y la frecuencia de sus emanaciones. Si nuestro ritmo vibratorio no es suficientemente elevado y nuestro campo magnético no es suficientemente amplio, tendremos dificultades para reconocer estos poderes y usarlos y de esta manera obtener resultados.
Un ritmo vibratorio elevado nos permite ser más perceptivos y sensibles a los conocimientos sutiles. Se verán estimuladas nuestras facultades sensoriales y extrasensoriales y favorecerán una mayor intensidad.
Con un ritmo vibratorio elevado, la energía circula más libremente y más naturalmente, y experimentaremos mayor bienestar, armonía y fuerza.
¿Cómo se eleva el ritmo vibratorio?
La respuesta a esta pregunta es que nuestro ritmo vibratorio se elevará cuando:
- Dejamos de identificarnos por un momento con nuestro personaje, con sus deseos y preocupaciones, para identificarnos con nuestra dimensión luminosa
- Intensificamos la energía de nuestra trilogía energética: voluntad, conciencia y amor
- Favorecemos la práctica meditativa y contemplativa que nos facilita la conexión con el centro y la expansión
- Implementamos una vida equilibrada y consciente.
Para poner en práctica todo esto es necesario volver a recordar que nosotros, los seres humanos, somos alma y espíritu. Somos luz, que vibra a un ritmo muy elevado. Pero la unión del alma y del espíritu en el cuerpo crea una contracción, lo cual se acentúa al identificarnos con nuestra encarnación (con el cuerpo, con el personaje). Esto hace disminuir nuestro ritmo vibratorio, en proporción a esa identificación con el cuerpo y de esta manera fuimos perdiendo las sensaciones de nuestra dimensión sutil.
No rechazar la encarnación
Pero nosotros, los seres humanos, al habernos olvidado de nuestra dimensión sutil, nos apegamos al mundo de la materia y por miedo a perder las sensaciones asociadas al cuerpo y a las emociones, ofrecemos resistencia. Para ello debemos tomar conciencia que podremos disfrutar las sensaciones agradables de la vida terrestre sin que esto sea una traba para nuestra evolución o elevación de nuestro ritmo vibratorio.
Para ello debemos dejar ciertos hábitos o prejuicios. Debemos siempre actuar conforme al amor y sus atributos (solidaridad, generosidad, tolerancia, compasión). Abandonar los juicios, las críticas, las condenaciones, la violencia, la agresión y todo aquello que responde al miedo y sus atributos Practicar la ley del perdón. No discriminar ni estigmatizar Esto implica implementar una práctica de vida equilibrada y consciente en cada momento.
Es una mala interpretación creer que para elevar el ritmo vibratorio a la manera del Maestro sea necesario negar la encarnación. No se trata de rechazar la encarnación para elevarse a un estado de Espíritu, sino más bien de unir al ser encarnado con el Espíritu, integrarlo.
Un ritmo vibratorio elevado
La elevación del ritmo vibratorio proporciona un bienestar físico y sutil. Las personas actuamos, entonces, guiadas y orientadas por el Espíritu en todo nuestro quehacer creativo.
Si aumentamos nuestra vibración estaremos menos sometidos a las condiciones de la encarnación de las que nos hemos apropiado, pero son ilusorias. Podremos así vivir despertares importantes y acceder a una visión del espacio multidimensional.
Es entonces importante la práctica regular de la meditación, de la contemplación y actividades expansivas. Así estaremos en nuestra vida cotidiana más despiertos y conscientes de nuestras posibilidades.
De esta manera y con estas prácticas iremos vibrando cada vez más a la altura de nuestra frecuencia fundamental
En este estado de ser predominará el gozo, la alegría y la dicha. A pesar de algunos sinsabores que podamos vivir en nuestra vida cotidiana, especialmente, en nuestra relación con los demás, podremos vivir y actuar con más sabiduría, tolerancia y poder para salir de las dificultades y obstáculos que se nos presenten.
Al final de este encuentro hemos realizado una meditación para intensificar nuestra trilogía energética. Uno de los primeros pasos necesarios para recuperar nuestros poderes espirituales.
1 Extraído del Libro “Manifestar los Poderes Espirituales” del Maestro Saint Germain, canalizado por Pierre Lessard
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