Con este encuentro culminamos el tercer tramo de nuestro viaje en busca del Paraíso perdido.
Hemos visto hasta ahora cual es el procedimiento para elevarnos por encima del ego, de nuestra personalidad, ir más allá de la ilusión de maya, para encontrarnos con nuestro verdadero ser, que habita en nuestro interior. La Divina Presencia Yo Soy mora en nuestro interior y siguiendo las prácticas que en estos encuentros hemos ido exponiendo, podremos permitir que Ella nos guíe, nos oriente en todo aquello que experimentemos, de manera, que lo que hagamos sea lo mejor para nosotros y para toda la humanidad, para nuestra evolución espiritual y para nuestra liberación y elevación hacia la Maestría.
De esta manera aprenderemos a vibrar más alto, hasta alcanzar nuestra frecuencia fundamental y reconocernos como partes del Todo.
Para ello es necesario llevar una vida positiva, cuyo basamento sea el Amor y sus atributos. El amor hacia nosotros mismos y hacia los demás. Para lograrlo debemos respetar ciertos comportamientos, sea cual fuera la experiencia que estemos viviendo.
Siempre, en todas nuestras acciones, debe estar presente la trilogía energética: voluntad, conciencia y amor, para poder estar seguros que todas nuestras acciones están guiadas, orientadas por nuestro Yo Superior y siempre basadas en el Amor.
Esto permitirá ir elevando paulatinamente nuestras vibraciones hacia nuestra frecuencia fundamental y amplificar nuestro campo magnético, consideraciones necesarias para poder atraer todo lo bueno y amoroso a nuestras vidas.
Pero, muchas veces, las dificultades que se nos presentan en nuestra vida cotidiana a causa de alguna situación, circunstancia o persona que nos saca del eje, de nuestra armonía y equilibrio, nos hace trastabillar en nuestro camino, nos olvidamos por un momento de las enseñanzas, prácticas y consejos que los maestros nos han dado para afrontar estas circunstancias, nos bajoneamos, incluso, a veces, perdemos la fe y nos dejamos llevar por la energía negativa a que estos acontecimientos nos conducen.
Procedimos en este encuentro, el fin de nuestro tercer tramo de viaje, con una lectura a modo de meditación, de un pasaje del libro de Yogi Ramacharaka titulado “Curso adelantado sobre Filosofía Yogi y Ocultismo Oriental” basado en Luz en el Sendero, canalizado por Mabel Collins a quién se lo inspiró una adelantada entidad.
Este pasaje me ayudó mucho durante mi vida a sobreponerme a todos los inconvenientes y obstáculos que se me presentaban, pues, nos permite recordar en cada momento quién realmente somos, a tomar conciencia de que las experiencias en el mundo de la materia son ilusorias y que todos los inconvenientes y vivencias que se nos presentan día a día constituyen la
base de un aprendizaje del alma encarnada con el fin de contribuir a su evolución espiritual y al logro final de la liberación a través de la Maestría.
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