En este primer encuentro de nuestro cuarto tramo del viaje en busca del Paraíso Perdido, vamos adentrarnos en la ciencia de la Respiración como un paso previo a poder incursionar en las prácticas meditativas, necesarias, como ya expresamos en otros encuentros, para poder obtener esa conexión con los mundos superiores y especialmente, con nuestra Divina Presencia Yo Soy, en busca de guía y orientación para todo lo que emprendamos en nuestras vidas.
Respirar es vivir
1 La vida depende del acto de respirar. Respirar es vivir. No hay vida sin respiración. No solo los animales superiores basan la vida y salud en el respirar, sino que, hasta las formas más inferiores, incluso las plantas, deben al aire su existencia.
El niño da principio a su vida en la tierra a través de una larga y profunda inspiración, la retiene un momento para extraer de ellas las propiedades vitales y luego la exhala en un lento vagido. El anciano da un débil suspiro, cesa de respirar y así la vida le llegó a su término.
Y desde el suave soplo del niño hasta el último suspiro del moribundo, se desarrolla una larga historia de continuas respiraciones.
Entonces, la respiración puede considerarse como la más importante de las funciones del cuerpo, porque de ellas dependen todas las demás. Podemos vivir algún tiempo sin comer, o sin beber, pero sin respirar, nuestra existencia continúa unos muy pocos minutos.
La ciencia de la respiración tiene además muchos puntos de contacto con el Yoga, porque, aunque se ocupa principalmente del desarrollo del cuerpo físico, también ofrece su aspecto psíquico, mental y hasta incursiona en el campo del desenvolvimiento espiritual.
La respiración y la salud
No solamente dependemos de la respiración para vivir, sino que también y en gran parte, de los hábitos correctos de respirar que son los que han de dar vitalidad perfecta e inmunidad contra las enfermedades. En cambio, una respiración descuidada hace decrecer nuestra vitalidad y nos coloca en condiciones para ser presos de las enfermedades.
Entonces, la salud física depende esencialmente de una respiración correcta. Pero, además, sostienen los instructores orientales, que una respiración normal acrecienta en el ser humano la energía mental, su felicidad, el dominio de sí mismo, acrecienta las facultades intelectuales, la agudización de los sentidos y aun su perfeccionamiento espiritual.
La respiración y los yoguis
El yogi a través de la respiración gobierna su cuerpo, aumenta su capacidad mental y desarrolla el aspecto espiritual de su naturaleza por la cuidadosa práctica de la ciencia de la respiración.
En verdad, el yogi practica una serie de ejercicios por cuyo medio obtiene el dominio de su cuerpo y lo capacita para enviar a cualquier órgano o parte del cuerpo mayor corriente de energía vital o prana, fortaleciendo o vigorizando de este modo la parte y órgano que desea. El yogi conoce también que en el aire hay algo más que oxígeno y nitrógeno y que la simple oxigenación de la sangre no es lo único que se produce al respirar.
También sabe el yogi que la respiración rítmica nos puede colocar en vibración armónica con la naturaleza y favorecer el desenvolvimiento de nuestras facultades latentes y que rigiendo nuestra respiración no solo puede el ser curarse a sí mismo y a los demás, sino también desterrar el temor, las preocupaciones y emociones siniestras, de modo que mejoren las cualidades armónicas de nuestro carácter.
Anatomía de la respiración
Para poder luego introducirlos en las distintas técnicas de respiración propuestas por el yogi Ramacharaka, las cuales están basadas en las técnicas orientales de respiración que utilizan los yogis, es necesario hacer una breve explicación de los órganos de respiración y su funcionamiento.
Los órganos de respiración constan de los pulmones y de los conductos de aire que a ellos conducen, estos son, el interior de la nariz, la faringe, la laringe, tráquea y bronquios.
Los pulmones son dos y ocupan la cámara pleural del tórax, uno a cada lado de la línea media y están separados uno de otro por el corazón, los vasos sanguíneos y los tubos conductores del aire. Las arterias y venas ponen en conexión los pulmones con la tráquea y el corazón.
Cuando respiramos entra el aire por la nariz, donde se calienta al ponerse en contacto con la membrana mucosa provista de abundante sangre y después de pasar por la faringe y la laringe entra en la tráquea. La tráquea se subdivide en numerosos tubos, llamados bronquios que a su vez se subdividen en bronquiolos generando numerosos espacios de aire dentro de los pulmones.
El aire entra en los pulmones por la acción del diafragma, músculo grande que se extiende a través del tronco y separa la cavidad torácica de la abdominal. La acción del diafragma es casi tan automática como la del corazón, pero, sin embargo, puede convertirse en un músculo semivoluntario por el esfuerzo de la voluntad. Cuando se dilata, aumenta la capacidad del pecho y pulmones y el aire se precipita en el vacío así formado. Cuando cesa la dilatación, el pecho y los pulmones se contraen y sale el aire.
Todo este proceso respiratorio tiene por objeto oxigenar la sangre que circula por el cuerpo alimentando, dando vitalidad y fortaleciendo a los distintos órganos, tomando para ello el oxígeno del aire que entra por los pulmones. Y, por el otro lado, eliminar las impurezas y desechos del organismo que transportan las venas a través de la sangre para ser eliminadas a través de los pulmones en la exhalación del anhídrido carbónico.
Por lo tanto, es muy importante para nuestra salud física realizar una respiración correcta, profunda para poder inspirar la cantidad necesaria de aire que necesita el organismo para nutrirse y purificarse. Si, a consecuencia de una respiración anormal o incorrecta, la sangre no se purifica completamente y vuelve a las arterias en estado anormal, sin haber eliminado completamente las impurezas, éstas retornan al sistema y seguramente se manifestarán en algún tipo de enfermedad.
La respiración y el Prana
Pero la ciencia de la respiración, en el decir del yogi Ramacharaka tiene doble aspecto: uno exotérico o externo y uno esotérico o interno. El aspecto fisiológico es la parte externa o exotérica.
Los ocultistas han enseñado, por lo general en secreto, que existe en el aire una substancia o principio del cual se deriva toda actividad, vitalidad y vida. Si bien, a través de las enseñanzas y las edades se le dio diferentes nombres, los yogis lo designan con el término Prana. Prana en sanscrito significa “energía absoluta”. Este es el principio universal de energía o fuerza y toda energía o fuerza deriva de este principio.
Podemos considerarlo como el principio activo de la vida o fuerza vital. Se encuentra en todas las formas vivientes desde la ameba hasta el hombre y desde la más rudimentaria de la vida vegetal hasta la superior de la vida animal.
Pero el prana no debe confundirse con el Yo Superior, que es la partícula del Espíritu Divino en cada individuo, en cuyo entorno se aglomera materia y energía. Prana es una forma de energía empleada por el Yo Superior en su manifestación material.
Cuando el Yo, el alma-espíritu, abandona el cuerpo, ya no está el prana bajo su dirección, y responde únicamente a las órdenes de los átomos individuales o grupos de átomos que forman el cuerpo, y cuando éste se desintegra y se resuelve en sus elementos originales, cada átomo lleva consigo el suficiente prana para mantener su vitalidad y ser capaz de formar nuevas combinaciones.
Prana es el nombre con que designamos un principio universal, esencia de todo movimiento, fuerza o energía, ya se manifieste como gravitación, electricidad o cualquier forma de vida desde la suprema a la ínfima. Los animales y vegetales lo respiran con el aire, pero si éste no lo contuviera morirían, sea cual fuese la cantidad de aire respirada
Extraemos del aire una cantidad normal de prana a través de la respiración ordinaria, pero por la respiración regida y regulada (respiración yogi) nos ponemos en condiciones de extraer mayor cantidad que se concentra en el cerebro y centros nerviosos para utilizarla cuando sea necesario.
De esta manera no sólo fortalecen todas las partes del cuerpo, sino que el cerebro también puede recibir un aumento de energía del mismo origen, actualizar las facultades latentes y adquirir poderes psíquicos.
Quien posee la facultad de almacenar prana, sea consciente o inconscientemente, irradia a menudo vitalidad y fuerza que lo notan quienes se ponen en contacto con él.
Ramacharaka señala que algunos científicos occidentales tuvieron alguna idea de la existencia de este gran principio, del cual está cargado el aire, pero como escapaba al análisis químico y no lo detectaba ninguno de sus instrumentos, lo desdeñaron.
Pero sí reconoces que el aire de ciertos lugares posee cierta cantidad de algo y los médicos envían a los enfermos a esos lugares con la esperanza de que recobren su salud.
Así la sangre asimila el oxígeno del aire y lo utiliza en el aparato circulatorio y el sistema nervioso asimila el prana del aire y lo utiliza en su obra, haciéndolo circular por todo el organismo intensificando su vitalidad.
Del mismo modo que el oxígeno de la sangre se consume según las necesidades del organismo, la provisión de prana se consume por nuestros pensamientos, voliciones, acciones, emociones, etc
Así, las teorías científicas occidentales referentes a la respiración se limitan a la inhalación del oxígeno y su uso a través del sistema circulatorio, mientras que la teoría yogi tiene también en cuenta la absorción de prana y su manifestación por los canales del sistema nervioso.
El sistema nervioso
Del sistema nervioso dependen, a través de las diferentes partes que lo componen, las funciones de la vida animal como la volición, las sensaciones, el movimiento de los músculos, voluntarios e involuntarios, etc. También el sistema nervioso rige los procesos involuntarios, tales como el crecimiento, la nutrición, etc. Dependen de él también la vista, el oído, gusto, olfato y tacto y también es el instrumento que emplea el Yo para pensar, manifestar conciencia y ponerse en comunicación con el mundo exterior.
El sistema nervioso es como la central eléctrica del cuerpo, pero ¿como se alimenta este sistema? de esa fuerza vital. Los científicos occidentales a esa fuerza que el cerebro transmite a todas las partes del cuerpo por medio de los nervios, lo llaman fuerza nerviosa.
Los yogis orientales saben que es una manifestación del prana con características análogas a las de la energía eléctrica.
Sin esta fuerza nerviosa el corazón no puede latir, ni la sangre circular, ni los pulmones respirar ni los varios órganos funcionar, sin ella se paralizaría la máquina corporal.
El plexo solar
Así el llamado plexo solar es una parte muy importante del sistema nervioso, por eso lo llaman el segundo cerebro o cerebro abdominal. Incluso está constituido por materia blanca y gris como el cerebro, En el confluye una aglomeración de nervios y ganglios que se encuentran en diferentes partes del cuerpo. Es un reservorio de energía pránica desde el cual se distribuye a todas las partes del cuerpo que la necesite. Los yogis lo denominan el gran depósito central de prana.
El concepto de solar está bien aplicado a este cerebro porque irradia fuerza y energía a todas las partes del cuerpo.
La forma correcta de respirar
El método normal de respirar es el de inhalar el aire por las fosas nasales. Esto significa que, aunque nuestro aparato respiratorio está constituido de tal manera que también podemos respirar por la boca, esta no es la forma natural ni saludable de respirar. Muchas de las enfermedades a las cuales estamos sujetos provienen de la errada costumbre de respirar por la boca, lo cual altera nuestra vitalidad. Entonces primero debemos reconocer que las fosas nasales son los canales propios para conducir el aire a los pulmones. Debemos ser cuidadosos de esto tanto cuando respiramos durante el día como durante la noche.
La boca no ofrece protección a los órganos respiratorios como sí lo hacen las fosas nasales y de esta manera el aire frío, el polvo, las impurezas y los gérmenes penetran sin obstáculo por la boca. En cambio, las fosas nasales y los pasajes nasales muestran una cuidadosa previsión de la naturaleza al respecto. Los canales estrechos y tortuosos de las fosas nasales cubiertos de numerosos pelos, sirven de tamiz y detienen las impurezas del aire, que luego son expulsadas por las exhalaciones. También las fosas nasales calientan el aire de modo que no pueda perjudicar ni a los órganos delicados de la garganta ni a los pulmones.
Una práctica recomendada por los yogis para hacer desaparecer las obstrucciones de la nariz es respirar libremente teniendo cerrada una de las fosas nasales con el dedo índice o pulgar y aspirar el aire por la que está abierta, y luego alternativamente hacerlo con la otra fosa nasal, repitiendo varias veces la misma operación.
Para aquellos que tengan como hábito respirar por la boca, un requisito previo para realizar los ejercicios de respiración yogi que paulatinamente iremos dando en nuestros encuentros, es que comiencen a abandonar el hábito de hacerlo por la boca y comiencen a adquirir el hábito de respirar por la nariz. Esto es básico si queremos adentrarnos en la ciencia de la respiración yogi.
Los tipos de respiración
Para finalizar nuestro encuentro de hoy vamos a distinguir los tipos de respiración a que comúnmente estamos acostumbrados los seres humanos, distinguiendo los beneficios de la respiración completa.
El mecanismo de la respiración se manifiesta por:
- los movimientos elásticos de los pulmones
- las actividades de las paredes y fondo de la cavidad torácica (comúnmente llamada pecho) en donde se encuentran contenidos los pulmones.
En estos movimientos respiratorios intervienen los músculos intercostales que mueven las costillas para permitir la dilatación y el diafragma que separa la caja torácica de la cavidad abdominal. En el acto de la inspiración o inhalación los músculos se dilatan, o sea, expanden los pulmones, creando una vacío donde penetra el aire.
Los yogis clasifican la respiración en cuatro métodos generales:
- Respiración alta
- Respiración media
- Respiración baja
- Respiración completa yogi
La respiración alta es la considerada respiración clavicular. Sólo se emplea la parte superior del pecho y los pulmones, que es la más pequeña y entonces solo una mínima parte del aire penetra en ellos. Gran esfuerzo para obtener un mínimo de beneficio, por lo tanto, es la peor forma de respirar. Se gasta mucha energía para obtener pobres resultados.
La media es la conocida como respiración intercostal y aunque menos defectuosa que la respiración alta, es muy inferior a la baja y a la respiración yogi completa.
La respiración baja es la llamada respiración abdominal, profunda o diafragmática. Se da mayor juego a los pulmones y se inhala mayor cantidad de aire. Si bien es mucho mejor que la respiración alta y la media, para los yogis la mejor respiración es la que llaman respiración completa, que es aquella que permite llenar de aire todo el espacio de los pulmones.
La respiración completa yogi contiene todo lo bueno de la respiración alta, media y baja, sin ninguno de sus inconvenientes. Pone en acción todo el aparato respiratorio, cada parte de los pulmones, músculos, alveolos. La cavidad torácica se ensancha hasta su límite extremo en todas sus direcciones y cada órgano desempeña su natural función.
Es importante practicarla y dominarla antes de obtener los beneficios de las otras formas de respiración practicada por los yogis.
Esta forma de respiración no tiene nada de forzada o anormal, sino que es volver a los primeros principios, volver a la naturaleza.
- De pie o sentado, con el busto en posición vertical y respirando por las fosas nasales, inhalar firmemente llenando primero la parte inferior de los pulmones, lo que se obtiene poniendo en juego el diafragma. Después se llena la región media de los pulmones, haciendo salir las costillas inferiores, esternón y pecho. Y luego se llena la parte alta de los pulmones adelantando la superior del pecho. En el movimiento final, la parte inferior del abdomen se contraerá ligeramente, cuyo movimiento da apoyo a los pulmones y también ayuda a llenar su parte superior.
A primera vista podrá aparecer que esta respiración consiste en tres movimientos distintos. Esta no es la idea, sino que la inhalación es continua, dilatando uniformemente toda la cavidad torácica desde el diafragma hasta el punto más elevado del pecho, en la región clavicular. Debe ser regular y continua.
- Retener la respiración unos segundos
- Exhalar muy despacio, manteniendo el pecho en posición firme. Cuando el aire ha sido exhalado por completo, aflojamos el pecho y el abdomen, Se notará que en este método de respirar todos los órganos del aparato respiratorio entran en acción y funcionan todas las partes de los pulmones. La cavidad torácica se expande en todas direcciones
Para comenzar podemos practicar el ejercicio delante de un espejo colocando ligeramente la mano sobre el abdomen, de manera que podamos sentir los movimientos. Esto ayuda a comprender el mecanismo de la respiración completa. Al final de la inhalación es útil levantar de vez en cuando los hombros, que a su vez elevan las clavículas y permiten pasar libremente al aire.
1 Extraído del libro “Ciencia Hindú Yogi de la Respiración” del Yogi Ramacharaka.
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