Todo es vibración
1 Como ya vimos en encuentros anteriores, todo es vibración. Desde el átomo más pequeño al mayor de los soles, todo vibra. Nada está en reposo en la Naturaleza. La obra de creación universal es ejecutada en incesante vibración. La materia es manipulada por la energía para generar innumerables formas y variedades de objetos y, sin embargo, como lo dijimos muchas veces ni las formas ni las variedades son permanentes.
Nada es permanente en el mundo de las formas y, no obstante, la Gran Realidad es inmutable. Las formas no son más que apariencias, van y vienen, pero la Realidad Última, es eterna e invariable.
Los átomos del cuerpo humano están en constante vibración y ocurren en él cambios incesantes. En pocos meses hay un cambio completo de la materia que compone el cuerpo, y esto lo han dicho una y otra vez los hombres de ciencia. Constante vibración y constante cambio.
Las leyes rítmicas
Y en toda vibración hay cierto ritmo. El ritmo compenetra el universo. El movimiento de los planetas alrededor del sol, el flujo y reflujo de las mareas, las estaciones del año, el día y la noche. Todo crecimiento es una manifestación de la ley del ritmo.
Nuestros cuerpos están sujetos a las leyes rítmicas. Nuestra respiración es rítmica, los latidos de nuestro corazón también. Todo el funcionamiento de nuestro organismo responde a la ley del ritmo.
Cómo utilizar el ritmo a nuestro favor
Los yogis utilizan inteligentemente el ritmo del cuerpo para absorber una gran cantidad de prana y producir con ello los resultados que desea.
El cuerpo que ocupamos es como un pequeño brazo de mar, dice el yogi Ramacharaka, que penetra en la tierra, y aunque aparente obedecer a leyes propias, en realidad está subordinado al flujo y reflujo de las mareas del océano. El gran mar de la vida avanza y retrocede y nosotros respondemos a su ritmo y vibraciones.
En condiciones normales recibimos la vibración y el ritmo del gran océano de la vida y respondemos a su influjo; pero cuando la entrada del brazo del mar está obstruida con despojos, nos vemos privados de recibir los impulsos del Océano Madre y la discordia se manifiesta en nosotros.
Las manifestaciones de un movimiento rítmico, acorde con la naturaleza nos da una idea del efecto de la respiración rítmica sobre el cuerpo. El sistema entero toma las vibraciones y llega a ponerse en armonía con la voluntad, que produce el movimiento rítmico de los pulmones.
Con el cuerpo así en concordancia con la voluntad, el yogi no encuentra dificultad para aumentar la circulación en cualquier parte del cuerpo por una orden de la voluntad, o dirigir una corriente mayor de la fuerza nerviosa a cualquier parte u órgano para estimularlo y fortalecerlo.
De la misma manera, por la respiración rítmica se pone al unísono y es capaz de absorber una gran cantidad de prana que queda a disposición de su voluntad.
Puede emplearla y la emplea como un vehículo para transmitir pensamientos a otros y atraer hacia él todos aquellos cuyos pensamientos están en armonía con la misma vibración.
Fenómenos como la telepatía, transmisión de pensamiento, curación mental, etc pueden hacerse mucho más poderosos si la persona emisora del pensamiento lo hace después de haber respirado rítmicamente.
La respiración rítmica aumenta la eficacia de la respiración mental, por ejemplo. En la respiración rítmica lo que principalmente se debe adquirir es la idea mental del ritmo. Para los que conocen música, ya se darán cuenta a qué me refiero, la medida de los tiempos; otro ejemplo el paso rítmico de los soldados al desfilar; izquierda, derecha o uno, dos, tres, cuatro; uno, dos, tres, cuatro.
El ritmo de nuestro corazón
Los yogis basan su tiempo rítmico en una unidad correspondiente al latido de su corazón. El latido del corazón varía en las diferentes personas, pero la unidad de latido de cada persona es lo que servirá de modelo rítmico propio a esa persona en particular en su respiración rítmica.
Obsérvese cada uno el latido normal del corazón poniendo los dedos sobre el pulso y entonces cuente 1,2,3,4,5,6, etc, hasta que el ritmo llegue a quedar bien fijo en la mente. Un poco de práctica fijará el ritmo de modo que se pueda reproducir fácilmente. El principiante inhala generalmente en seis unidades de pulso aproximadamente, pero con la práctica será capaz de aumentar mucho esta cifra.
La regla yogi para la respiración rítmica es que las unidades de inhalación y exhalación deben ser las mismas, mientras que las de retención y entre respiraciones deber ser la mitad del número empleado en la inhalación y exhalación.
Este ejercicio de respiración rítmica debe ser dominado completamente, pues es la base de muchos otros ejercicios respiratorios que veremos más adelante.
- Sentado, con el pecho erguido, en una postura cómoda de manera que el pecho, cuello y cabeza estén tan cerca de la línea recta como sea posible, con los hombros echados hacia atrás y las manos descansando cómodamente sobre las rodillas
- Inhalar con lentitud la respiración completa, contando seis unidades de pulso.
- Retener contando tres unidades de pulso
- Exhalar lentamente por la nariz, contando seis unidades de pulso.
- Contar tres pulsaciones entre respiraciones
- Repetirlo varias veces, pero evitando al principio la fatiga.
- Antes que se dé por terminado el ejercicio, practíquese la respiración purificadora, que descansará y limpiará los pulmones.
Después de un poco de práctica se podrá aumentar la duración de las inhalaciones y exhalaciones hasta que transcurran quince unidades de pulso, recordando que las unidades para retención y entre respiraciones deben ser la mitad de unidades que para la inhalación y exhalación.
Lo más importante es poner atención para adquirir el ritmo, qué es más importante que la extensión de la respiración.
Practicar esta semana porque esta respiración rítmica será la base para lo que vamos a ver la próxima semana, que es la respiración psíquica yogi.
1 Extraído del libro del Yogi Ramacharaka “Ciencia Hindú Yogi de la Respiración”.
Deja una respuesta