1 El Prana es el soplo de vida, el alimento sutil que estimula la vida en el ser humano y en todas las formas de vida presentes en la tierra. Es la energía fundamental. El Prana es esencial para la vida humana y animal, para la naturaleza vegetal y mineral, así como para la vida invisible.
Si bien el Prana está presente en el aire, lo está también en el agua y en los alimentos vivos. Hasta podría sustituir a los alimentos de los cuales el ser humano se nutre en cierta etapa de la evolución humana.
El Prana es una sustancia universal adaptada a la atmósfera terrestre y presente en el aire sano. Sus partículas pueden a menudo ser vistas, percibidas, por seres en quienes se abre la doble visión. El prana se deja ver como partículas centelleantes en el aire. Esas partículas están especialmente presentes o su presencia se hace más intensa en diferentes momentos del día.
Aunque el Prana siempre está ahí, se intensifica en momentos particulares con los rayos del sol, bajo ciertos ángulos. En el ángulo por el cual penetran en la atmósfera terrestre durante las dos o tres horas siguientes a la salida del sol y las dos o tres horas anteriores a su puesta. Los rayos del sol estimulan las partículas de Prana.
Como el Prana es el alimento de vida y se encuentra sobre todo en el aire, ha sido llamado soplo de vida.
Si bien el Prana nutre la vida, ésta estimula su presencia en el aire y en la atmósfera terrestres. Una vez más constatamos que la vida crea su propio alimento, sea éste físico o sutil.
La tasa de Prana es más elevada en los espacios donde la vida humana es más armoniosa, el aire es más sano y la naturaleza está saludable: donde hay árboles, las corrientes de agua y los minerales son abundantes y están en armonía.
Cuanto más intensa y armoniosamente se manifiesta la vida, más estimulado está el Prana. Cuanto más estimulado está el Prana, más puede la vida nutrirse de él. Cuando el aire se torna sucio, lo mismo que el agua y el medio ambiente se contamina, el Prana está menos presente en la atmósfera. Al contrario, en los lugares donde hay más pureza en el aire, el agua y la tierra, el Prana está más presente.
Un lugar campestre distante de las ciudades puede mostrar una tasa de Prana hasta cincuenta e incluso cien veces más elevada que la de una gran urbe.
La alimentación pránica es esencial para la regeneración de las células del cuerpo humano.
La conciencia de la importancia del Prana invita al ser a respetar el entorno humano y natural. Los comportamientos humanos y las actividades humanas que ensucian el aire, lo mismo que el trato irrespetuoso a los bosques que purifican el aire naturalmente, provocan una disminución de la tasa de Prana en el aire.
Esta disminución genera una reducción rápida de la vitalidad del individuo, un debilitamiento de la inmunidad, de su capacidad de defenderse contra diversos tipos de invasores de su organismo. Por lo tanto, su vulnerabilidad crea desequilibrios y enfermedades.
No es necesario conocer todas las propiedades del Prana ni la reacción en el cuerpo para saber que el Prana está presente en una naturaleza en equilibrio y en armonía, y que eso nos permite gozar de buena salud.
Cuanto más consciente estemos de esto, más podremos a través de la intención nutrirnos de Prana, incluso cuando la tasa de éste esté baja.
¿Y cómo nos nutrimos de Prana? A través de la respiración, nos nutrimos naturalmente de Prana ya que éste se encuentra en abundancia en las zonas no contaminadas. Pero en una ciudad muy contaminada, el Prana está muy poco presente y entonces nuestra respiración nos traerá muy poco Prana. Pero cuando estamos conscientes de la necesidad de Prana, nuestra respiración extraerá, a través de la intención, el Prana poco abundante para nutrirse plenamente. En este caso los ejercicios de respiración Pránica nos serán de utilidad.
Entonces al principio y al final del día, por lo menos, la respiración expansiva o la respiración consciente nos permitirán revitalizarnos con Prana.
Cuando abrimos nuestra conciencia a la presencia y a la importancia del Prana, vamos a buscar estar lo más frecuentemente posible en entornos naturales, donde éste está presente en mayor cantidad. La fertilidad de la tierra, la frondosidad de las plantas y de los árboles, y la abundancia de los productos alimentarios son indicios de una fuerte densidad de Prana. Sin embargo, en los lugares más áridos o desérticos puede también ser ricos en Prana, el cual se manifiesta a través de la intensidad de la energía den estos lugares.
Para detectar la abundancia de Prana en un lugar, prestemos atención a nuestro propio estado: algunas respiraciones conscientes provocan una revitalización inmediata del cuerpo y del espíritu cuando el Prana es abundante. Al observar la vitalidad de la naturaleza, también obtendremos indicios de la presencia de Prana. Por último, la contemplación espiritual de uno o varios elementos de la naturaleza nos permitirá sentir la fuerza pránica de los lugares.
Nuestra armonía con la naturaleza favorece la presencia de Prana, la creación de éste por la naturaleza y la creación de la naturaleza por el Prana.
Nosotros como seres humanos podemos también mediante nuestra intención asociada con la fuerza de la vida que nos habita, estimular la vida en el agua, en los árboles, en el suelo, sabiendo que esta vida estimula el Prana exactamente como nosotros lo estimulamos a él
¿Cómo hacemos esto? Emanando nuestros haces de luz desde todo nuestro ser, desde el corazón, desde el tercer ojo, con la intención de estimular el Prana. Estos haces constituyen el triángulo de fuerza, despierta nuestro vórtice y permite reconstituir nuestro campo magnético. De esta manera desde le corazón y el tercer ojo estos haces pueden ser orientados hacia ciertos individuos o toda forma de vida que queramos estimular. También podemos emanar estos haces con la intención de estimular el Prana en el aire. Estos haces de luz no son meros símbolos. Son concentraciones de vibraciones que emitimos naturalmente a todo aquello que queramos estimular energéticamente.
Cuando a través de la intención proyectamos esos haces con fuerza, las corrientes vibratorias que emanan de nuestro ser pueden sentirse, e incluso, en algunos casos verse.
Utilizando estos haces de luz, con intención, tendremos el poder de purificar y de vivificar los elementos que nos son esenciales para vivir en la tierra: el aire, el prana, el agua y los alimentos concretos.
El Prana en el agua
El prana está presente también en el agua, aunque, en una concentración menor que en el aire. Así como se impregna en nosotros, también se impregna en el agua. Cuando el agua está contaminada, su capacidad de oxigenación disminuye o se hace más lenta. Cuando nosotros estamos impregnados con toxinas, con parásitos y nuestra sangre está cargada, nuestra capacidad de oxigenación es más reducida. El Prana en el aire y en el agua contribuye a la depuración de las toxinas y la eliminación de los parásitos, lo que facilita a su vez la entrada de Prana
El Prana en los alimentos
De igual modo el Prana está en los alimentos y los más vivos ofrecen la mayor concentración de él. En cuanto a los alimentos no vivos o ya casi no vivos, es poca la cantidad de Prana que ofrecen. Por esta razón se aconseja seleccionar los alimentos más vivos en lo posible. Al estimular la vida en ellos, también estimulamos la presencia del Prana para, a continuación, nutrirnos de él. La proporción de Prana en los alimentos fluctúa en función de los tipos de alimentos y de los modos y niveles de conciencia y de amor ligados a su cultivo, su cosecha, su distribución, su conservación, su transporte y su preparación. La mayoría de los accesorios y productos que se añaden para su conservación suelen desvitalizar los alimentos, muy rápidamente en pocos días. Toda manipulación consciente y amorosa de los alimentos asegura la presencia del Prana.
El Prana y los cuerpos sutiles
Además el Prana nutre nuestros cuerpos sutiles, constituidos por energía. Estos cuerpos son matrices en el corazón de las cuales circulan haces de energía que transportan informaciones, conocimientos o emociones las cuales generan en nosotros inspiraciones y sensaciones y permiten nuestra relación con el entorno.
Cuanto más Prana absorbemos, más vivaces son nuestros cuerpos sutiles y más equilibrada la estructura de los mismos, lo que facilita la libre circulación de la energía en ellos.
Para nutrir con Prana nuestros cuerpos sutiles, es necesario primero que tomemos conciencia del Prana en el aire, en el agua y en los alimentos, antes de nutrirnos de él.
Cuando colocamos los primeros alimentos de una comida en la boca, a través de la intención y de nuestra atención indicamos a los receptores energéticos de nuestra boca que absorban el Prana y los traspasen a los cuerpos sutiles. Haz esto antes siquiera de masticar los alimentos e ingerirlos.
El Prana es un verdadero alimento. Da lugar a una circulación libre en los cuerpos sutiles y a la regeneración celular del cuerpo físico. Cuanto más presente está el alimento pránico, menos necesario es el alimento físico. Si un ser está en armonía y equilibrio y tiene una conciencia continua del Prana, puede nutrirse únicamente de él. Pero para ello tenemos que lograr estar en complicidad energética con nuestras células, estar en armonía total con la vida que nos rodea.
Caso contrario, si nos disponemos a alimentarnos solo con Prana sin lograr esta complicidad y esta armonía podemos experimentar una grave disminución de vitalidad y una destrucción.
Para ello primero tendremos que haber dominado perfectamente la cuarta etapa de la reprogramación alimentaria, de la cual ya hemos hablado en nuestros primeros encuentros sobre reprogramación alimentaria.
Entonces, es importante en este tramo de reprogramación alimentaria que comencemos a nutrirnos conscientemente del Prana, cuánto más conscientes somos de nutrirnos de Prana, más se aprecia y utilizan los receptores de Prana. La alimentación pránica despierta y estimula los poderes de autosanación.
Respiración Pránica
Vamos a recordar y practicar aquí la respiración recomendada por el Maestro Saint Germain.
Además pueden practicar las demás técnicas de respiración que hemos aprendido en nuestro tramo del viaje dedicado a la Respiración.
Esta respiración transmitida por el Maestro Saint Germain es la respiración Expansiva en cinco tiempos para nutrirse de Luz, de Prana y para relacionarse con la energía de la voluntad, del amor y de la conciencia:
- Inspirar, con las manos en el vientre (hara)
- Inspirar, con las manos en el pecho
- Inspirar, con las manos levantadas hacia el cielo
- Suspender el aliento por unos segundos
- Exhalar
1 Extraído del libro del Maestro Saint Germain “Manifestar los Poderes Espirituales” canalizado por Pierre Lessard
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