Dijimos que Dios se manifiesta en el mundo físico a través de nosotros, a quienes llamó sus hijos, su descendencia, con el fin de ser el Observador de nuestras experiencias y así poder conocerse a Sí Mismo (según lo expresado por Neale Walsch en su libro “Conversaciones con Dios”).
Así creó innumerables almas que poseen un espíritu hecho a imagen y semejanza del Creador, con todos sus poderes de creación y con sus mismas cualidades, eternas e inmutables.
El miedo es lo opuesto al amor
Para ello creó la relatividad, el tiempo y el espacio. Y también creó los opuestos, la dualidad a través de la ley de polaridad. Pues para conocer el Amor, nuestra esencia base, era necesario experimentar su opuesto, o sea, el temor, con todos sus atributos negativos: ira, odio, resentimiento, engaño, crueldad, celos, envidia, juicios, críticas, etc. Como contraposición a los atributos positivos del amor: bondad, generosidad, amabilidad, compasión, ecuanimidad, etc.
Pero luego de experimentarlo debemos salir de la ilusión del miedo, de esa irrealidad que nos presenta el mundo de las formas, para encontrarnos definitivamente con el Amor, como el único atributo que realmente existe como esencia de la creación.
Thot en sus “Tablas Esmeralda” dijo:
“el miedo es un límite, un grillete que ata a los hombres a la oscuridad”
Por lo tanto, debemos salir de él, sabiendo que es solamente una ilusión transitoria y perecedera.
Recién así podremos correr el velo que, cuando bajamos a la materia densa, nos hizo olvidar quién realmente somos. Para regresar es necesario volver a recordar y tomar plena conciencia de que lo que estamos viviendo es una ilusión, un sueño del cual debemos despertar. El ego es solo un personaje, la personalidad creada por la mente para vivir la experiencia. Pero el personaje creado en cada vida desaparece junto con la materia y solo queda el alma con el registro de sus experiencias y el logro de que ha sido capaz en cada vida, con el solo objeto de alcanzar la Maestría.
La física moderna y la mística
Ahora nos preguntamos ¿Cómo se densifica la energía para convertirse en materia? ¿Cómo se desarrolla este proceso? ¿En dónde estamos inmersos? ¿De qué realmente están hechos nuestros cuerpos?
La propia ciencia llegó a la conclusión que no somos una reacción química, sino una carga eléctrica, o sea, que los seres humanos y todos los seres vivos somos una configuración energética dentro de un campo de energía conectado con todas las demás cosas del mundo1.
Este campo de energía pulsante es el motor central de nuestro ser y de nuestra conciencia, el alfa y el omega de nuestra existencia. Este campo también es el responsable de las funciones más elevadas de nuestra mente y es la fuente de información que guía el crecimiento de nuestros cuerpos2.
Einstein dijo:
“el campo en nuestra única realidad”
La física moderna se dio cuenta que mucho de sus actuales descubrimientos están íntimamente conectados con la mística y la espiritualidad oriental.
Así los chinos ya hablaban del Qi o energía y lo describían como un campo de energía.
El Antiguo Testamento dice que Dios dijo:
“Hágase la Luz, por lo que se creó la materia”
También la ciencia descubrió que estamos hechos del mismo material básico, es decir, qué a nuestro nivel más fundamental, los seres vivos, somos paquetes de energía cuántica intercambiando información constantemente con este inextinguible mar de energía. Incluso nuestra mente opera siguiendo procesos cuánticos3.
Y ¿cómo se conforma este campo? ¿De qué está compuesto? Ya sabemos que es de energía, pero ¿Cómo a partir de esa energía se pueden generar formas físicas o ideas mentales?
Al respecto los Sutras hindúes dicen que, a partir de la manifestación de una fuerza omnipotente proviene el tiempo, el espacio y el átomo. Esto es el principio de la creación, a partir de esta fuerza omnipotente que llaman “Om” los orientales o el Verbo o el Amen como lo menciona la Biblia4.
El Om introduce el concepto de cambio en la eternidad inmutable y la idea de separación o espacio en la eternidad indivisible. El efecto derivado de estas manifestaciones es el concepto de partículas atómicas y subatómicas que giran vertiginosamente componiendo la materia. Estos cuatro aspectos (verbo, espacio, tiempo y átomo) conforman la estructura vibratoria de la Creación5.
Este paralelismo entre la física moderna y la mística y espiritualismo oriental lo narra bellamente el físico cuántico Fritjof Capra en su libro “el Tao de la Física”.
- 1 Lynne Mc Taggart “El Campo”
- 2 Idem ut supra
- 3 Fritjof Capra “El Tao de la Física”
- 4 Swami Sri Yukteswar “La Ciencia Sagrada”
- 5 Idem ut supra
Deja una respuesta