Los Componentes del Éxito: Salud, Energía y Relaciones
1 La Prosperidad y la Abundancia, es decir el éxito en todo lo que nos propongamos en la vida, tiene muchos aspectos, la riqueza material es solamente uno de sus componentes.
La abundancia material, en todas sus manifestaciones, es una de las cosas que nos permite disfrutar más la travesía, pero la abundancia, el éxito en todo lo que nos propongamos también se compone de salud, energía, entusiasmo por la vida, realización en las relaciones con los demás, libertad creativa, estabilidad emocional y psicológica, sensación de bienestar y paz.
Pero ni siquiera experimentando todas estas cosas podremos realizarnos, a menos que cultivemos la semilla de la divinidad que llevamos adentro.
En realidad, somos la divinidad disfrazada, y el espíritu divino que vive dentro de nosotros en un estado embrionario busca materializarse plenamente. Por lo tanto, el éxito verdadero, sentirnos abundantes y prósperos, consiste en experimentar lo milagroso. Es el despliegue de la divinidad dentro de nosotros. Es percibir la divinidad en cualquier lugar a donde vayamos y en cualquier cosa que veamos.
Cuando empezamos a vivir la vida como la expresión milagrosa de la divinidad (no de vez en cuando, sino en todo momento) comprenderemos el verdadero significado del éxito, nos sentiremos abundantes y prósperos, teniendo la plena seguridad de que tendremos todo lo que necesitemos para vivir plenamente nuestra vida momento a momento. Sentiremos esa completud del ser realizado.
Las Siete Leyes Espirituales del Éxito según Deepak Chopra
Para abordar este tema de la prosperidad y la abundancia, de lo que significa tener éxito en la vida, nos inspiraremos en el libro de Deepak Chopra “Las siete leyes espirituales del éxito”.
Primero debemos comprender el concepto de ley. Una ley es el proceso por el cual se manifiesta lo que no se ha manifestado; es el proceso por el cual el observador se convierte en observado; es el proceso por el cual el que contempla se convierte en paisaje; es el proceso a través del cual el que sueña proyecta el sueño.
Toda la creación, todo lo que existe en el mundo físico, es el producto de la transformación de la inmanifiesto en manifiesto.
Todos los procesos de la creación son procesos por medio de los cuales el yo o la divinidad se expresa. La conciencia en movimiento se manifiesta a través de los objetos del universo, en medio de la danza eterna de la vida.
La fuente de toda creación es la divinidad (o el Espíritu); el proceso de creación es la divinidad en movimiento (o la mente); y el objeto de la creación es el universo físico (del cual forma parte nuestro cuerpo). Estos tres componentes de la realidad (Espíritu, mente y cuerpo) u observador, proceso de observación y observado, son básicamente la misma cosa. Todos provienen del mismo sitio: el campo de la potencialidad pura, puramente inmanifiesto.
Las leyes físicas del universo representan en realidad todo este proceso de la divinidad en movimiento o de la consciencia en acción. Cuando comprendemos estas leyes y las aplicamos en nuestra vida, todo lo que deseamos puede ser creado, porque las mismas leyes en que se basa la naturaleza para crear un bosque, o una galaxia, o una estrella o un cuerpo humano, pueden convertir en realidad nuestros deseos más profundos.
La Creación: Espíritu, Mente y Cuerpo en Movimiento
Pero, antes de entrar a analizar cada una de las leyes que menciona Deepak Chopra como las siete leyes espirituales del éxito, vale la pena mencionar la respuesta que Dios dio a Neale Walsh y que este transcribió en su libro Conversaciones con Dios, ante las preguntas que el autor/canalizador le hizo con respecto a la razón de la constante situación de pobreza y carencia en que éste se vio sumido durante toda su vida.
Le hizo estas preguntas: ¿Cuándo despegará finalmente mi vida? ¿Qué necesito para entrar en razón y alcanzar un mínimo de éxito? ¿Terminará alguna vez la lucha?
¿Cuándo aprenderé lo bastante sobre las relaciones para que vayan como seda? ¿Hay alguna manera de ser feliz en las relaciones? ¿Tiene que suponer siempre un reto constante?
¿Por qué parece que nunca en mi vida puedo conseguir dinero suficiente? ¿Estoy destinado a apretarme el cinturón y pasar apuros económicos durante el resto de mi vida? ¿Qué es lo que me impide realizar mi pleno potencial en ese aspecto? ¿Por qué no puedo hacer lo que realmente quiero hacer con mi vida y a pesar de ello ganar lo suficiente para vivir?
¿Cómo puedo resolver algunos de los problemas de salud que padezco? He sido víctima de bastantes problemas crónicos durante toda mi vida. ¿Por qué los sigo teniendo?
¿Cuál es la lección kármica que se supone debo asimilar aquí? ¿Qué debo aprender?
Y así le contestó Dios: He establecido leyes en el universo que te permiten crear (tener) exactamente lo que quieras. Dichas leyes no pueden ser violadas, ni pueden ser ignoradas. Estas obedeciendo esas leyes ahora mismo. No puedes dejar de cumplirlas, pues es así como funcionan las cosas. No puedes apartarte de ellas; no puedes actuar al margen de ellas.
Cada minuto de tu vida has estado actuando dentro de ellas; y así, todo lo que has experimentado lo has creado tú.
Formas sociedad con Dios; compartimos un convenio eterno. Mi compromiso para contigo consiste en darte siempre lo que me pidas. Tu compromiso consiste en pedírmelo; el proceso de petición y la concesión. Eres un ser triple, te compones de cuerpo, mente y espíritu. También puedes denominarlo lo físico, lo no físico y lo meta físico. Esta es la Santa Trinidad y se la ha llamado de muchas maneras.
Lo mismo que tú eres, también Yo lo Soy. Me manifiesto como tres en uno, algunos teólogos lo han llamado Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Vuestros psiquiatras han reconocido también este triunvirato y lo han llamado consciente, subconsciente y super-consciente. Vuestros filósofos lo han llamado el yo, el super yo y el ello. La ciencia lo llama energía, materia y anti-materia. Los poetas hablan de mente, corazón y alma. Los pensadores de la nueva era aluden a cuerpo, mente y espíritu.
Estos tres aspectos de tu ser son, en realidad, tres energías. Podrías llamarlas, pensamiento, palabra y acción. Las tres juntas producen un resultado lo que, en vuestro lenguaje y según vuestros conocimientos se denomina un sentimiento o experiencia.
Tu alma (subconsciente, ello, espíritu, etc) es la suma total de todos los sentimientos que has tenido (creado). Tu consciencia de alguno de ellos se llama recuerdo. Se denomina también remembrar. Cuando reúnas de nuevo todas tus partes, habrás re-membrado Quien Realmente Eres.
El proceso de creación se inicia con el pensamiento; una idea, concepto o imagen mental. Todo lo que ves fue alguna vez idea de alguien. Nada existe en vuestro mundo que no haya existido antes como pensamiento puro.
Esto es cierto también respecto al universo. El pensamiento es el primer nivel de creación. A continuación viene la palabra. Todo lo que se dice es pensamiento expresado. Es creador, y emite energía creadora al universo. Las palabras son más dinámicas (por lo tanto, algunas pueden ser más creadoras) que el pensamiento, puesto que las palabras constituyen un nivel de vibración distinto del pensamiento. Transforman (cambian, alteran, afectan) al universo, causando un gran impacto. Las palabras constituyen el segundo nivel de creación.
A continuación viene la acción. Las acciones son palabras en movimiento. Las palabras son pensamientos expresados. Los pensamientos son ideas formadas. Las ideas son energías reunidas. Las energías son fuerzas liberadas. Las fuerzas son elementos existentes. Los elementos son partículas de Dios, porciones del Todo, la sustancia del Todo.
El principio es Dios. El final es la acción. La acción es Dios creando o Dios experimentando. Tu pensamiento acerca de ti mismo es que no eres lo bastante bueno, lo bastante maravilloso, lo bastante puro, para ser una parte de Dios, para formas sociedad con Dios. Has negado durante tanto tiempo Quien Eres, que lo has olvidado
Esto no ha ocurrido por azar, no es una casualidad. Forma parte de un plan divino, puesto que no podrías afirmar, crear ni experimentar Quien Eres, si ya lo fueras. Primero era necesario que rompieras (negaras, olvidaras) tu vínculo conmigo, con el fin de experimentarlo plenamente mediante tu creación plena, mediante su surgimiento, ya que tu más grandioso deseo (y Mi más grandioso deseo) era que te experimentaras a ti mismo como parte de Mi que eres. Así pues, estas en proceso de experimentarte a ti mismo creándote a ti mismo de nuevo a cada momento. Al igual que Yo lo estoy, a través tuyo.
Se trata de una sagrada colaboración, de una sagrada comunión, en esto consiste la sociedad con Dios.
Así, tu vida despegará cuando decidas que lo haga. Hasta ahora no lo has decidido. Te has entretenido, lo has aplazado, has protestado. Ahora es el momento que produzcas lo prometido. Para hacerlo debes creer la promesa, vivirla. Debes vivir la promesa de Dios. La promesa de Dios es que tú eres Su hijo, Su descendencia. Su semejante. Su igual.
Aquí es donde el asunto se complica. Puedes aceptar lo de Su hijo, Descendencia y semejante, pero rechazas ser llamado Su igual. Aceptar eso es demasiado. Demasiada grandeza, demasiado asombroso, demasiada responsabilidad, puesto que, si eres igual a Dios, eso significa que nada se te da a ti, sino que todo es creado por ti. Ya no puede haber víctimas ni malvados; solo resultados de tu pensamiento respecto a algo.
Crear la Realidad Deseada: El Poder de tus Pensamientos, Palabras y Acciones
Te lo aseguro: todo lo que ves en tu mundo, es el resultado de tu idea sobre ello.
¿Quieres que tu vida despegue realmente? Entonces, cambia tu idea sobre ella. Sobre ti. Piensa, actúa y habla como el Dios que eres.
¿Por qué hacer entonces este cambio? Porque quieres que cese el dolor, que cese el sufrimiento, que termine la ilusión. Estas harto de este mundo tal como es actualmente. Aspiras a un mundo nuevo.
Para lograr esto debes empezar a cambiar (cambiar conscientemente) tus pensamientos, palabras y acciones.
Así ¿quieres que tu vida despegue? Empieza a imaginártela del modo como quieres que sea, y trata de alcanzarlo. Examina cada pensamiento, palabra y obra que no se muestren en armonía con esa idea y aléjalos de ti.
Cuando tengas un pensamiento que no cuadre con tu más alta visión, cámbialo por otro nuevo inmediatamente. Cuando digas algo que no se ajuste a tu más grandiosa idea, toma nota de no volver a decir de nuevo algo semejante. Cuando hagas algo que no cuadre con tu mejor intención, decide que esa será la última vez que lo haces. Y siempre que puedas haz el bien sin mirar a quién.
Para finalizar el encuentro hemos hecho una meditación relacionada con el tema de hoy. Te invito a escucharla.
1 Extraído del libro de Deepak Chopra “Las Siete Leyes Espirituales del Éxito”
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