Nosotros, como almas dotadas de las cualidades del Creador nos valemos de un conjunto de cuerpos o vehículos para poder manifestarnos y experimentar en el mundo físico.
Los 7 cuerpos dimensionales del Alma
Para ello fuimos dotados de siete cuerpos dimensionales. Cada uno de ellos es necesario para que el ser pueda encarnar o tomar cuerpo en el plano físico. Cada uno de estos cuerpos vibra según el plano en el cual se manifiesta, por eso el cuerpo físico es visible a nuestros ojos materiales.
Estos cuerpos dimensionales se dividen en cuatro cuerpos inferiores y tres cuerpos superiores.
Los cuerpos inferiores son:
- Cuerpo físico
- Cuerpo etérico
- Cuerpo mental
- Cuerpo emocional
Los tres cuerpos superiores son:
- Ser Crístico
- Cuerpo espiritual o causal
- Presencia Yo Soy
El cuerpo físico también llamado yo inferior, funciona en tercera dimensión y es el cuerpo vibratoriamente más denso. Es el vehículo que utiliza el alma para operar en el tiempo y el espacio.
Muchas personas se identifican y creen que solo son el cuerpo físico. No creen en la posibilidad de que un Ser Superior nos haya creado.
No somos un mero accidente
Pero entonces ¿Cómo se podría haber generado? No podríamos aceptar que haya sido de la nada o un mero accidente de la naturaleza, como tampoco podríamos pensar de esta manera en relación a una computadora, e inclusive algo mucho más sencillo como una mesa. No surgieron de la nada, sino que hubo una mente inteligente que ha creado una idea en su mente, luego de ahí surgió un diseño y por último su materialización en un objeto físico visible a nuestros ojos.
De la misma manera, un cuerpo tan complejo y sofisticado como el cuerpo humano ha tenido que ser diseñado por una mente superior, muy superior a nuestras mentes humanas.
¡Y la forma en que se multiplican es sorprendente! A través de dos células primigenias que se unen (principio masculino y femenino) se gesta un nuevo ser humano. Esas diminutas células tienen toda la información, todo el plano de la estructuración del cuerpo humano y a partir de ellas se multiplican en billones de células, cada una, con una forma y función específica.
Pero así y todo este cuerpo es solo uno de los vehículos del alma, pues si el alma no lo habita y le da vida, esa fuerza vital de la que ya hablamos, este no tiene voluntad propia, no puede realizar movimientos, no puede oponerse ni mandar.
Estas dos diminutas células a partir de las cuales se estructura el cuerpo humano tienen toda la información genética, toda la información de la especie, de la raza, no solo física sino también emocional, sus historias, sus vivencias, sus creencias. Hay memoria en las células que se traslada de generación en generación.
La biología celular y molecular
El estudio de este plan de organización celular unificado corresponde al campo de la biología celular y molecular.
Esta ciencia define a la célula como la unidad estructural y funcional fundamental de todos los seres vivos
Los estudios bioquímicos demostraron que la materia viviente está compuesta por los mismos elementos que constituyen el mundo inorgánico, la diferencia está en su organización.
La estructura de las células es la consecuencia de una combinación de moléculas organizadas en un orden preciso.
El maestro espiritual Yogananda, refiriéndose al cuerpo físico, dice en sus lecciones que es una combinación de moléculas en movimiento que, a su vez, están formadas por átomos que giran vertiginosamente, constituidos por protones, electrones, neutrones, positrones y mesones que también giran con rapidez en el espacio relativamente inmenso que existe dentro de cada átomo.
Estas diminutas formas semi inteligentes son manifestaciones de pensamientos que provienen de la Inteligencia Infinita, o sea Dios.
Prosigue el Maestro Yogananda: debajo del movimiento de los componentes químicos de las células, se hallan las ondas danzantes de los movimientos moleculares, de los cuales surgen las ondas de los movimientos atómicos. Bajo el nivel atómico se encuentran las ondas del movimiento electrónico y protónico, las cuales ocultan las brillantes ondas danzantes, es decir las energías vitales. Por debajo de dichas expresiones de energía vital se hallan las ondas de las sensaciones, y aún más profundo se encuentran las ondas de los pensamientos, los sentimientos y la fuerza de voluntad. Oculta en el fondo mismo de todas estas ondas está el alma.
Y el alma se manifiesta como ego al caer en el estado ilusorio de identificación con el cuerpo físico.
El físico cuántico Fritjof Capra dice que a nivel atómico la materia posee un aspecto dual: aparece como partículas y como ondas, según la situación predominante.
Aquí llegamos a lo mismo sobre lo que hablamos en el encuentro anterior, todo está dentro de ese gran campo cuántico constituido de partículas atómicas y subatómicas a partir de lo cual se constituyen todas las formas que vemos en nuestro mundo de la materia, inclusive nuestro propio cuerpo físico.
La memoria oculta en nuestras células
Y, como ya vimos, nuestras células guardan toda la información de nuestra vida y también la impronta que heredamos de nuestros ancestros. No solo nuestros rasgos físicos sino también su contenido heredamos su contenido emocional: sus miedos, frustraciones, traumas, que repercuten en las áreas de nuestra vida, trayendo a veces enfermedades o algún tipo de conflicto. Como así también heredamos improntas positivas, talentos, virtudes, dones, etc.
Además, Bruce Lipton, en su libro “Biología de las Creencias” nos cuenta que descubrió que el medio ambiente tiene influencias sobre la conducta de las células sin cambiar el código genético. Un átomo no solo emite vibraciones, sino que absorbe la vibración de otros átomos y las vibraciones que absorbe van a depender de nuestras percepciones del medio ambiente, de nuestras creencias. Si cambiamos nuestras creencias, nuestras percepciones, dice, cambiamos nuestra realidad.
De esta manera según controlemos nuestra mente o esta nos controle, podemos crear salud o enfermedad.
De sus descubrimientos se derivan las técnicas de memoria celular, bioneuroemoción, descodificación, etc, que nos ayudan a descubrir aquellas memorias y creencias que arrastran nuestras células y que al tomar conciencia de ellas nos permiten hacer un cambio o transformación beneficioso para nuestras vidas.
Deja una respuesta